Conclusión
Con la llegada del Renacimiento, la medicina se convierte en una ciencia cuyo aprendizaje se realiza en las universidades y no en espacios más familiares como conventos o casas. Por este motivo, su práctica se va a limitar casi exclusivamente a los hombres. que son quienes tienen acceso a la educación universitaria, y las mujeres van a ser relegadas a un segundo término e incluso a ser vistas con sospecha.